Las voces LGBTI se levantan para oponerse al uso de la subrogación (GPA)

Organizaciones de lesbianas para la abolición de la subrogación (lista no exhaustiva)

En France :

En Italie :

Organizaciones homosexuales opuestas al GPA (lista no exhaustiva)

En Italia

  • Rete gay contro l’utero in affitto

En Austria

En España

En España, personalidades del mundo gay se oponen al uso de la subrogación (lista no exhaustiva)

N.B. Este inventario se realizó gracias a la organización española  Stop Vientres de Alquiler


1- Trump, los gais y la conciencia de clase (extractos)

Trump, los gais y la conciencia de clase  Eduardo Aguayo -Biólogo y otras cosas, gay, padre. 10/11/2016

Como hombre gay trabajador, padre de un niño y niña negros me preocupa la pérdida de conciencia de clase que hace que nos identifiquemos algunos y algunas de nosotros con modelos que no deberían ser nuestros.

Me preocupa especialmente el concepto de familia y como entre los hombres gais hemos asumido con toda nuestra fuerza modelos en los que se prima, para creer ser aceptados por la masa social, un modelo con descendencia con un lazo genético (tras el alquiler de las capacidades reproductoras de las mujeres), un modelo de familia de anuncio de pasta de dientes todos monocolor y felices.

Un día en una fiesta, un conocido gay me recriminó que por personas como yo, no había tomado la decisión de tener hijos por la llamada “gestación subrogada”, por el “escándalo” que estábamos formando. Yo, una vez más, le dije que por qué no optaba por otras formas como la mía, la adopción o el acogimiento familiar, a lo que me contestó que no quería ser señalado por la calle junto a su marido con dos niños negros, porque a simple vista llamarían la atención.

Otra vez, una conocida mía adoptada y que en estos temas es muy sensible me comentó que escuchó como definía un padre gay la adopción como un método de protección a la infancia, pero no una manera real de formar una familia.

Es lo que algunos definimos “el familiómetro”, ese que utilizaban los ultra conservadores al aprobar la ley de matrimonio igualitario, y que ahora algunos hombres gais siento que aplican a modelos de familia como la mía.

Veo cómo perdemos nuestra conciencia de clase, nuestro bagaje de lucha, para aceptar que ya formamos parte de esa masa de clase media blanca que muestra fotos perfectas en Instagram…

Veo cómo perdemos nuestra conciencia de clase, nuestro bagaje de lucha, para aceptar que ya formamos parte de esa masa de clase media blanca que muestra fotos perfectas en Instagram, que sube cientos de instantáneas de familia feliz a Facebook, que ya se cree como el resto y que, tal vez si fueran americanos, hubieran votado a Trump porque no se sienten ya de los diferentes.

Puede que a los latinos o mujeres que han votado a Trump les ha pasado con sus respectivas particularidades algo parecido, un “ya no soy inmigrante”, o “yo no tengo techo de cristal”.

 


2- La posibilidad de ser padres no es nuestra lucha (extractos)

La posibilidad de ser padres no es nuestra lucha  01/07/2019 -Antonio Abad  Toño Abad es un activista por los derechos humanos y LGTBI, feminista y abolicionista. Jurista y economista, actualmente preside la Asociación Diversitat, dirige el Observatorio valenciano contra los delitos de odio y es consejero en el órgano audiovisual de la Radio Televisión Valenciana.

N.B. Este artículo fue escrito en respuesta al proyecto de ley presentado por Ciudadanos para regular la subrogación

.Los hombres gais que exigen una norma que permita la gestación subrogada no representan los intereses del colectivo LGTBI…
Nunca la paternidad ha sido una demanda social del movimiento LGTBI. No se trata, pues, de nuestros derechos, es elevar un deseo a la categoría de derecho

Lo más significativo es el uso manipulador e instrumental que hacen de la causa LGTBI. Lucha en la que milito desde hace más de una década. Dicen que lo hacen para que las “personas LGTBI puedan cumplir su sueño de formar una familia”. Utilizan nuestro colectivo para visibilizar un negocio que en absoluto está relacionado con nuestra lucha  o con el activismo por la igualdad de derechos. Quien se opone a esto, es tachado de homófobo. Es la banalización del odio.

Nunca la paternidad ha sido una demanda social del movimiento LGTBI. No se trata, pues, de nuestros derechos, es elevar un deseo a la categoría de derecho. Un deseo que, de llevarse a efecto, condicionaría derechos fundamentales de otras personas, concretamente de las mujeres y de los recién nacidos. No es una novedad, en la historia de la humanidad, el uso abusivo de la prevalencia de los deseos del hombre frente a los derechos de la mujer. Convertir el cuerpo de la mujer en un objeto para la satisfacción del deseo masculino, tal y como se plantea con la gestación subrogada, es una manifestación más de la desigualdad de género. Se llama explotación, en este caso, reproductiva, al igual que la prostitución es explotación sexual.

Formar una familia, genéticamente perfecta, con la carga de ADN de los dos padres (varones fundamentalmente) no encaja con ningún valor ni principio de la lucha por los derechos de lesbianas, gais, bisexuales y personas trans. Constituye una forma de asimilación al modelo tradicional de familia, que indiscutiblemente se construye a través de la herencia genética y el modelo heterosexual reproductivo y biologicista de la familia. Tradicionalmente se ha utilizado la heterosexualidad como norma máxima y hegemónica para disciplinarnos y discriminarnos. Querer plegarnos a ella, pareciendo familias heterosexuales, no es activismo, es traición. Es querer asemejarse, cueste lo que cueste, a quienes nos han oprimido, para ser aceptados por mimetismo. Y no queremos que nos acepten, queremos respeto. El planteamiento de quienes están a favor de la subrogación es el borrado de nuestra historia, lucha y memoria. Es disfrazarnos de lo que no somos, pagando por ello un altísimo precio. No es legítimo y no visibiliza la verdadera diversidad familiar ni la realidad de nuestras familias que necesita de toda nuestra atención y defensa.

El vientre de la mujer y la gestación es, en términos generales, el único espacio intacto que le queda al capitalismo por manosear.

La posibilidad de ser padres no es nuestra lucha. La lucha por los derechos LGTBI no se ha construido pisoteando los derechos de otras personas. No estamos en el activismo para satisfacer los deseos de nadie. Los hombres gais que exigen una norma que permita la gestación subrogada no representan los intereses del colectivo LGTBI, que en todo caso es una coalición de identidades, causas, y luchas. No son activistas, ni hablan en nuestro nombre. Y me preocupa que este juego de la confusión terminológica acabe alejándonos de nuestra causa y de la alianza que en su día establecimos con el feminismo que hoy es más necesario que nunca.

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3 – Gais contra los vientres de alquiler: no en nuestro nombre (extractos)

Gais contra los vientres de alquiler: no en nuestro nombre
Pablo Castaño y Félix Hernández 08/05/2019

En primer lugar, las empresas de vientres de alquiler presentan una imagen totalmente deformada del colectivo LGTB. ¿De verdad tener hijos con sus mismos genes es una prioridad para la mayoría de los gais?

Es más, ¿son muchos quienes pueden permitirse los miles de euros que cuesta alquilar un vientre? El problema es claro: por un lado, estas empresas hacen pasar los deseos de algunos gais de posición acomodada por derechos del colectivo LGTB, una generalización que oculta que una gran parte del colectivo son mujeres, cuyos úteros y cuerpos quedarían legalmente transformados en mercancías si se permitiese la gestación subrogada, reforzando la injusta posición dominante que los gais hemos tenido tradicionalmente dentro del colectivo LGTB. Además, estas empresas reproducen el estereotipo de los gais como un grupo económicamente favorecido, una caricatura que oculta la diversidad de clase del colectivo.

Otro problema de la gestación subrogada es la reproducción, dentro del colectivo LGTB, de valores heteropatriarcales que consideran más deseable la filiación genética entre padres e hijos que la filiación por adopción. Es un intento de reforzar la idea de la familia natural heterosexual como objetivo máximo para la integración de las parejas homosexuales en una sociedad en la que las identidades son definidas por las aspiraciones de los hombres heterosexuales. No es casualidad que dentro del colectivo LGTB se reproduzcan de forma espeluznante discursos cargados de homofobia en los que determinados atributos asociados tradicionalmente a la masculinidad son más valorados que comportamientos supuestamente afeminados.

Solo hace falta echar un vistazo a aplicaciones como Grindr para encontrar unos imaginarios hipervirilistas que poco tienen que envidiar a la agresiva homofobia de los ambientes sociales dominados por hombres heteros. La aceptación por parte de muchos gais del pensamiento heterosexual sobre la paternidad y el desprecio de lo femenino introduce dentro del colectivo modelos de conducta y pensamiento homófobos, siguiendo una lógica


Además, aquí hay una serie de artículos, publicados en España y seleccionados por Stop Vientres de Alquiler

 

 

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