Ficha informativa: Gestación subrogada y prostitución

La maternidad subrogada y la prostitución son dos cuestiones distintas y complejas con diferencias significativas. No obstante, comparten algunos rasgos comunes que se analizan a continuación: partes interesadas, beneficiarios, regulación… La maternidad subrogada debe considerarse violencia contra las mujeres explotadas por sus capacidades reproductivas. La violencia reproductiva también incluye la comercialización de ovocitos, la esterilización forzada, el aborto forzado y la falta de acceso legal al aborto. La prostitución y la pornografía también deben considerarse violencia contra las mujeres explotadas con fines sexuales.

 

Dos formas de explotación

Hemos mostrado en numerosas ocasiones cómo la maternidad subrogada es una explotación de terceros y especialmente del cuerpo de las mujeres (enlace). La prostitución es similar. Es lógico hablar de explotación cuando se hace participar a una mujer en un proyecto de procreación que no es el suyo, o en relaciones sexuales que no son fruto de su propio deseo sexual.

 

  • La explotación sexual y reproductiva de las mujeres se ha convertido en algo habitual.

 

Esta industria ha comercializado y mercantilizado la reproducción humana y las relaciones sexuales. Para hacerlo socialmente aceptable y liberar a los clientes de cualquier sentimiento de culpa, la terminología elegida para describirlo y comercializarlo es la de «cuidados», con la introducción de las nociones de «servicio» sexual y «servicio» gestacional, equiparándolo al servicio personal. Tanto en la maternidad subrogada como en la prostitución, lo que se ofrece no es un servicio, sino el acceso al cuerpo de una mujer a cambio de una compensación económica. El llamado «servicio» al que se hace referencia debe calificarse de explotación: reproductiva o sexual.

 

  • Transacción financiera

 

En la gestación subrogada, se paga a las madres de alquiler para que se queden embarazadas y den a luz a un niño en nombre de los clientes. Las partes implicadas en esta práctica -intermediarios, agencias, clínicas, hospitales, etc.- reciben una remuneración por organizar esta explotación. Cuando la maternidad subrogada está regulada y falsamente descrita como altruista o ética, el pago a la madre subrogada se describe como compensación. Se limita a una lista de gastos autorizados, que puede variar considerablemente de un país a otro. En cambio, los honorarios percibidos por todos, salvo la madre de alquiler, son ilimitados. En el caso de la prostitución, se ofrecen actos sexuales a cambio de una remuneración, que luego se reparte entre las distintas partes implicadas: proxenetas, plataformas de internet…

 

  • Comercialización / mercantilización

 

El argumento neoliberal generalizado de que todo se puede comprar y vender, y que la libertad de disponer del propio cuerpo prevalece sobre el respeto a la persona. En última instancia, reduce la libertad de ciertas mujeres en beneficio de terceros. Estas transacciones comerciales atentan contra la integridad y la dignidad de la persona, que es tratada como un objeto. La comercialización del cuerpo de las mujeres y las niñas afecta a todas las mujeres que un día puedan ser comercializadas ellas mismas. Una transacción en la que el cuerpo de una persona se utiliza como mercancía o servicio afecta directamente a toda la humanidad.

 

  • ¿Quién se beneficia de ello?

 

En ambos sistemas, la mayoría de los beneficiarios son hombres. En la gestación subrogada, la demanda se basa en gran medida en el requisito de un vínculo genético espermático entre el feto y uno de los clientes. Este requisito es cuestionable de diferentes maneras. El vínculo genético a través del esperma se considera fundamental, mientras que el vínculo genético a través del óvulo se ignora y es completamente invisible, al igual que la madre de alquiler. Se revive así el mito patriarcal según el cual el espermatozoide se convierte en el niño y la mujer es un mero recipiente. Esta reivindicación refleja también la preocupación del linaje patriarcal y del «vínculo de sangre», nociones que han conducido y siguen conduciendo a la jerarquización de nuestras sociedades en castas. Casi todos los clientes de las prostitutas son hombres, mientras que más del 85% de las víctimas son mujeres o niñas. Como clientes, los hombres se benefician del «derecho de acceso a una mujer para mantener relaciones sexuales», y como proxenetas sacan provecho de la explotación sexual de estas mujeres.

 

  • Vulnerabilidad

 

La vulnerabilidad social y económica es un terreno abonado para el alquiler de vientres y la prostitución. Las mujeres explotadas nunca se encuentran en una posición social y económica segura. En el caso de la maternidad subrogada, la asimetría económica entre clientes y madres de alquiler es flagrante. El dinero recibido se utiliza a menudo para cubrir las necesidades de la familia de la madre de alquiler, la vivienda y la educación de sus hijos, y muy raramente para sus propias necesidades. Además, no le permite realmente superar su situación.

 

  • Trata y redes mafiosas

 

En Europa, «el 96% de las víctimas del tráfico sexual son mujeres y niñas»[1]. En cuanto a la maternidad subrogada, el alquiler de vientres transfronterizo y el turismo reproductivo se están convirtiendo en un medio de reproducción tan habitual como la maternidad subrogada. Pero la maternidad subrogada, tal como la definen el Protocolo de Palermo[2] o el Convenio de Varsovia, debe considerarse trata de seres humanos. Los intermediarios se encargan de reclutar y seleccionar a las madres de alquiler, y en algunos países las mafias ya están invirtiendo en este nuevo y lucrativo campo.

 

A favor y en contra

 

Los argumentos de mercado ganan cada vez más terreno en el ámbito público y político, banalizando prácticas explotadoras como la prostitución y la maternidad subrogada. Echemos un vistazo a las personas que defienden o condenan estas prácticas.

-Quienes defienden la prostitución son también quienes promueven los vientres de alquiler. Utilizando los argumentos del mercado sobre la autonomía individual, justifican estas prácticas como un derecho a decidir sobre el uso del propio cuerpo y la capacidad de ofrecer servicios remunerados. Bajo el lema «nuestro cuerpo, nosotras mismas», tijeretean aquellos principios feministas que demuestran que el cuerpo y la persona son una misma cosa. Tener acceso al cuerpo de una mujer es tener acceso a un ser humano; y nadie puede tener acceso a una persona, lo cual es un principio fundamental de igualdad.

 

-Los que se oponen a la maternidad subrogada y a la prostitución comparten la misma postura ética. Denuncian la violación de la dignidad humana que supone convertir el cuerpo humano en una mercancía, reduciendo al individuo a un objeto (la mujer, pero también el niño en la gestación subrogada) o a un supuesto «servicio», considerando que poner el cuerpo de otra persona en el mercado es explotación y atenta contra los derechos fundamentales del individuo.

 

Instituciones cómplices de la explotación reproductiva

 

Existen muchas similitudes entre la prostitución y la maternidad subrogada, pero ésta implica una fuerte movilización de las instituciones a su favor:

  • El servicio nacional de salud. Éste debería ocuparse de los problemas de salud de la población en su conjunto y no, como señalaba un periodista, en referencia a Sudáfrica «¿Podemos seguir legitimando la inversión en tecnologías punteras y clínicas de fertilidad de lujo de cinco estrellas cuando nuestro sector de la salud reproductiva está plagado de desigualdades sistémicas? ¿Podemos justificar las tecnologías de reproducción asistida como esenciales cuando siguen sirviendo sólo a unos pocos privilegiados?»[3].

 

  • Abogados implicados en la redacción de contratos de gestación subrogada o que ayudan a redactar las normativas que allanan el camino a la gestación subrogada, muy alejados de las cuestiones de justicia social.

 

  • Gobiernos, reguladores nacionales y representantes electos que deberían estar al servicio de la gente, no de estos mercados. Todas estas instituciones tienen una gran responsabilidad en el desarrollo de esta práctica contraria a los derechos humanos. Quizá algún día se les pidan cuentas.

 

[1] www.brusselscall.eu

 

[2] http://abolition-ms.org/nos-actions-fr/contexte-gpa/oui-la-gpa-transfrontiere-releve-de-la-traite-humaine-et-du-trafic-denfants/

[3] https://mg.co.za/coronavirus-essentials/2020-05-22-ivf-surrogacy-south-africa-race-class/?fbclid=IwAR0Edv1KOJFNXchxoJEHrnLTw7AMHS3sHnGBmtlFFqeqIjhX2NrkWcTr2po

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.