Ucrania: Bebés almacenados en stock por empresas sin autorización legal de tutela de menores

La situación de los recién nacidos varados en Ucrania como resultado de medidas pandémicas es indicativa de lo que puede hacer el uso de la subrogación.
El texto a continuación publicado en España se publicó inicialmente, por iniciativa de Berta O. García copresidenta de la Coalición Internacional CIAMS para la Abolición de la Subrogación, en https://tribunafeminista.elplural.com/2020/04/ucrania-discrimina-a-los-bebes-nacidos-de-vientre-de-alquiler

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Docente

¿Qué pasará con los bebés que van a nacer de vientre de alquiler en Ucrania durante este periodo de confinamiento y cierre de fronteras debido al Covid-19? Esta era la pregunta que me rondaba la cabeza. Los medios se hacían eco de la situación que vivían algunas familias «atrapadas» en Kiev, pero ¿y los bebés que nacerían solos?, ¿tendría el Estado ucraniano previstas medidas de protección y tutela hacia los bebés nacidos en Ucrania por vientre de alquiler de ciudadanas ucranianas? No se sabía nada de ellos.

Lo cierto es que el Estado ucraniano se ha desentendido de esos bebés. Nos enteramos en qué situación viven por las redes sociales y la web de la empresa de vientres de alquiler Biotexcom, que sigue operativa en Ucrania a pesar del escándalo en el que se vio envuelta en 2018 por tráfico de personas, falsedad documental y evasión de impuestos, entre otros delitos.

Es la propia empresa la que muestra a esos bebés en sus cunas en un gran salón del hotel Venecia en Kiev –hotel a disposición de los clientes que contratan el paquete de alquiler de vientre VIP–, a cargo de cuidadoras en un régimen laboral cuando menos abusivo, ya que Biotexcom se jacta de tenerlas allí confinadas con los bebés por periodos de 30 días, sin poder ver a sus seres queridos más que por videoconferencia.

Así pues, el Estado ucraniano discrimina a esos bebés simplemente por el procedimiento por el que han venido al mundo, a pesar de –insisto– haber nacido en Ucrania de madres ucranianas. Una vulneración flagrante de derechos y garantías por parte del Estado de Ucrania hacia recién nacidos por encargo y contrato en su territorio, almacenados en stock por una o varias empresas que no cuentan con autorización legal de tutela, guarda y custodia de menores.

Imagen de BioTexCom de sus instalaciones. Es la principal empresa en Ucrania de alquiler de mujeres con fines reproductivos

 

Esta dejación de funciones por parte de Ucrania y lo que ello revela de desprotección hacia la parte más débil, el bebé, que es el objeto de contrato de la mal llamada «gestación subrogada», viene a sumarse a todo lo que venimos denunciando sobre la práctica de los vientres de alquiler. Mientras tanto, la empresa Biotexcom continúa su actividad a todo ritmo, ofreciendo incluso contratos online de vientres de alquiler.

Biotexcom sigue operativa en Ucrania a pesar del escándalo en el que se vio envuelta en 2018 por tráfico de personas, falsedad documental y evasión de impuestos,

Estos días atrás saltó a los medios el desmantelamiento de una red de tráfico de menores que operaba en Ucrania. Se detuvo a varias personas que regentaban una clínica de vientres de alquiler y se dedicaban a vender recién nacidos a ciudadanos chinos «solteros de una cierta orientación» (así aparecían descritos y entrecomillados en los medios), involucrados también en matrimonios ficticios con ucranianas. El viceministro de Interior de Ucrania Anton Gerashchenko emitió un comunicado en el que calificaba a la clínica como «supermercado para la venta de bebés», lo que me lleva ineludiblemente a preguntarme si acaso las clínicas que operan según la legalidad ucraniana no lo son también. Es curioso cómo en unos contextos se utilizan los términos «compra» y «venta» y en otros no, cuando el objeto de la transacción comercial –sea ésta legal o no– es siempre un bebé y es siempre a cambio de dinero.

Lo más sorprendente es que Gerashchenko añadió que el alquiler de vientres no está regulado en Ucrania, aunque tampoco prohibido por ley, y afirmó que Ucrania no debería ser «un campo de juego semilegal para la trata de bebés». Ojalá esta reflexión lleve a buen puerto y Ucrania prohíba de una vez por todas la explotación reproductiva de sus mujeres y la compraventa de recién nacidos. No obstante, hay una tarea pendiente y urgente aún a resolver por parte del Estado: la protección y tutela inmediata de esos bebés que siguen en manos de las empresas que se dedican a venderlos.

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